Los wixárikas o wixáricas (huichol [wiˈʐaɾika]), son un grupo mayoritario en Tepic y la mayor parte de Nayarit, conocidos en español como huicholes, habitan el oeste central de México en la Sierra Madre Occidental, principalmente en los estados de Jalisco, Nayarit y partes de Durango y Zacatecas. Se autodenominan wixárika a la gente en su lengua, a la que llaman wixaritari vaniuki y que en español se conoce como huichol o lengua huichola), que pertenece a la familia de lenguas uto-aztecas. El etnónimohuichol proviene de la adaptación al idioma náhuatl del autónimo wixarika, debido a que en idioma huichol la a puede llegar a oirse como o; r y l son alófonos y la pronunciación de x que era sibilante fue interpretada como africada tz entre los siglos siglos XVII y XVIII (época en que pudo ocurrir el préstamo de la palabra), más la pérdida de la sílaba -ka, dio como resultado huitzol en náhuatl y su castellanización huichol.1
Los wixáricas hablan una lengua del grupo corachol que está cercanamente emparentado con el grupo nahua (aztecoide). Además han recibido influencias mesoamericanas, lo cual se refleja en que el huichol tiene rasgos típicos del área lingüística mesoamericana.
Vestimenta
La vestimenta tradicional varía de una región a otra y se caracteriza por su llamativa y elaborada confección, especialmente del traje masculino. Todos los diseños tienen una significación religiosa importante.
La vestimenta de las mujeres consiste en una blusa corta en color rojo ampola, naguas interiores y exteriores, con un manto floreado para cubrir la cabeza y collares de chaquira. Los hombres usan pantalones de manta blanca y camisas del mismo material que tienen abierta la parte inferior de las mangas; dichas prendas están bordadas con elaborados diseños simétricos de algodón. Los huicholes usan sombreros de palma con adornos de chaquira o bolas de estambre, una capa cuadrangular doblada a la mitad que se coloca sobre los hombros y, eventualmente, aretes y pulseras de chaquira. Para amarrar los faldones de la camisa a la cintura se usan cintas de lana. Cada hombre lleva consigo varios morrales pequeños; calzan huaraches. Los niños más grandes visten como sus padres, mientras los más pequeños andan semidesnudos.
Los huicholes constituyen un grupo orgulloso por su gran riqueza cultural, son de carácter alegre, comunicativo y hospitalario, y es frecuente verlos portando su vistosa indumentaria tradicional hecha de manta con bordados de colores vivos. Los hombres llevan terciadas bolsas de lana con bellos bordados y, según su número, es la posición social y económica de quien las porta.
Indumentaria
Los wixáricas son notorios por lo vistoso de su indumentaria. La kamirra (< kamixa < camisa) o kutuni, es decir, 'camisa larga', abierta de los costados y sujeta a la cintura con el juayame, 'faja ancha y gruesa' hecha de lana o de estambre. Encima de la faja van varios morralitos bordados que llaman kuihuame o huaikuri, unidos con un cordón. En ellos no se guarda nada, sirven únicamente para completar el adorno. Cruzado al hombro llevan uno o varios kuchuri o morrales tejidos o bordados. Sobre la espalda, la tubarra especie de pañolón bordado, se anuda al cuello y tiene en la orilla una franja de franela roja. Un sombrero que ellos llaman rupurero (< xupurexu <*šubureru < sombrero), hecho de palma y adornado en formas diversas según el uso: con chaquira, plumas, estambre, flores, espinas o pedazos de corteza. El hombre es siempre el que usa la ropa más adornada.
La esposa pone todo su cuidado para que las prendas luzcan muy bien bordadas. En contraste con la indumentaria masculina, el traje de la mujer Wixárika es sencillo: consta de una blusa corta hasta la cintura, a la que llaman kutuni. La falda de pretina, llamada ihui, lleva en el borde inferior una amplia franja de bordados, lo mismo que la blusa. Se cubre la cabeza con el ricuri, formado por dos cuadros de manta blanca, también bordados bellamente.
Los diseños decorativos tradicionales de la ropa huichola son de una enorme variedad y conservan desde tiempos antiguos un significado mágico que describió el antropólogo noruego Carl Lumholtz (El México desconocido) en 1896.
Para sus fiestas los huicholes acostumbran pintarse la cara con dibujos simbólicos y en las ceremonias rituales los maraakates utilizan los muwieris, 'palillos adornados con plumas'.
Creencias religiosas
La religión wixárica y la religión cora son prácticamente las únicas en México que cuentan con una población importante (50 por ciento) de fuertes creencias nativistas como animistas es decir, con un arraigo religioso prehispánico y con menores influencias del catolicismo. El otro 50 por ciento de su población profesa elcatolicismo.10 Su religión consiste en cuatro principales deidades: maíz, águilas, ciervos y peyote, todos ellos descendientes del sol, "Tau". Sus actos religiosos se llevan a cabo en un monte llamado 'Quemado', en el estado de San Luis Potosí (México). Este monte se encuentra dividido en dos, un lado para las mujeres y otro para los hombres. En sus actos religiosos suele hacerse uso del peyote. La siguiente es una descripción de lo que para ellos significa el uso de este cactus:
"Hay quienes tenemos alguna enfermedad física, del alma o del corazón o simplemente no hemos podido encontrar nuestra vida. En este desierto viviente y mágico, confín del mundo, el Venado Azul se nos revelará para encontrar nuestra vida, él nos enseñará, él será nuestra medicina. Una maximización del espíritu nos conducirá hasta el punto de la transformación temporal en transición a la exaltación espiritual, para encontrar las fuerzas del equilibrio. Esa capacidad inefable para aventurarnos sin temor en el angosto puente a través del gran abismo que separa el mundo ordinario del mundo del más allá. Para lograr éstas fuerzas del equilibrio debemos vencer nuestros miedos, quitar los malos pensamientos de nuestros corazones y unirlos. Los peregrinos debemos de estar limpios de todo mal de sentimiento, debemos de regresar al periodo de la vida en que éramos inocentes, antes de que fuéramos adultos, mundanos, ya que a ésta tierra madre venimos a nacer. El pasar de este mundo al más allá podremos hacerlo, porque al recibir el Venado Azul, dejaremos de ser ordinarios, seremos transformados. Pero hay que recordar que es solamente temporal porque somos solamente hombres y mujeres y no dioses."
Cabe mencionar que la religión va implícita a través de la vida del wixárika, forma parte de su identidad y está presente a lo largo de su accionar, de sus costumbres y en la cotidianeidad tanto individual como en lo comunitario. La religión viene a ser un compromiso fundamental en su existencia, es parte de su cultura y de sus distintas formas de expresión.
La música y el baile entre los wixárikas tienen fuertes rasgos prehispánicos y es parte del ritual con que se honra a la divinidad. Los bailes son poco variados y los pasos muy sencillos, llevan el ritmo con los pies. Una característica de las celebraciones es la de tomar tejuino, bebida hecha a base de maíz fermentado, distinta al tejuino popular, que es una bebida que embriaga y tiene un sabor distinto.
Los wixárikas conocen a los mestizos u occidentales con el nombre teiwari (singular) o "teiwarixi" (plural), y su significado no se sabe a ciencia cierta. Los wixáricas conforman una de las culturas indígenas que mantienen saberes y tradiciones ancestrales, una cosmovisión propia y diferente, y hoy en día buscan encontrar un diálogo con la cultura denominada occidental y conservarse frente a los retos de la globalización.
Ojos de Dios
El Museo de los Cuatro Pueblos de Nayarit, de la Unidad Regional Nayarit de la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas del [Conaculta], mantiene una exposición permanente de artesanías wixárikas, coras, tepehuanas y mexicaneras. Uno de los investigadores de la cultura wixárika más acreditados, el etnólogo alemánJohannes Neurath, dice que los adornos en el atavío tradicional de los huicholes tienen un propósito reivindicativo de su etnia, de su cultura y de su religión y una intención protectora de contenido mágico.
En un tapiz de Efraín Ríos en el que describe el "rito del tambor" -con el cual se protege a los niños a partir de su nacimiento hasta los cinco años de edad- aparece en el centro "Tatewarí" (el Sol), cuya línea circular en rojo y amarillo está coronada por una cornamenta de venado, y entre las astas sobresale el dibujo de un peyote. En torno a la simbolización del "abuelo fuego" están tejidos otros elementos religiosos importantes: rayos de sol, flechas, estrellas, flores, veladoras (único referente cultural de procedencia cristiana), el tambor ritual y un "árbol cósmico" integrado por uno o más "ojos de Dios".
El "ojo de Dios" es la figura instrumental religiosa más conocida de la cultura huichola. Representa los cinco puntos cardinales del cosmos wirrárika -oriente, poniente, norte, sur y centro- y en él se reivindica al oriente, donde surge "abuelo fuego", punto geográfico más importante del universo. Un "ojo de Dios" equivale a un año en la vida de un niño y cada año, después de su iniciación en la "Fiesta del tambor" apenas recién nacido, su padre debe elaborar uno hasta que cumpla cinco años de edad, para que siempre esté protegido. Estos amuletos integran un "árbol cósmico" que se tira al mar en un lugar sagrado que los wixárikas tienen en San Blas, Nayarit.11
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